Fischer -al frente del museo desde 2016- asumió su responsabilidad por las denuncias de desapariciones de valiosas piezas de la galería, la cual mantiene a buen resguardo tesoros mundiales de su vasta colección.
Sin embargo, entre los saqueos habían joyas de oro pertenecientes a los siglos del XV a.C al XIX d.C, apuntó el sitio sipse.com.
La institución no actuó de forma adecuada ante las advertencias sobre la sustracción de los valiosos objetos, señaló el historiador.
Ahora, el renombrado Museo Británico se encuentra en el punto de mira del escándalo después de dimitir el directivo.
Fischer es la primera autoridad no británica con ese puesto desde 1886 y tenía previsto dejar el cargo el próximo año, pero declaró que su presencia se convirtió en una distracción después de cuestionarse si el museo se tomaba en serio los sucesivos avisos de robos desde 2021.
El error de ese fracaso debe recaer, en última instancia, en el director, precisó.
La pasada semana, la pinacoteca londinense informó sobre el despido de uno de sus empleados y alertó a las autoridades policiales después de descubrir lo sucedido, indicó sipse.com.
El encargado de comunicar el atraco fue el anticuario Ittai Gradel, quien advirtió sobre ciertos artículos que estaban siendo vendidos en la plataforma eBay en 2021, pero la institución ignoró el informe.
La junta directiva del Museo Británico aceptó la renuncia de Fischer, y destacó su integridad y dedicación, mientras, el presidente del consejo, George Osborne, afirmó que la prioridad es recobrar los objetos faltantes y tomar medidas de seguridad.
Situado en el corazón de Londres, el museo es famoso por albergar tesoros históricos que incluyen la emblemática Piedra Rosetta y los Mármoles del Partenón, todos, erarios protegidos, principalmente, para fines académicos y de investigación, señaló la declaración oficial.
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