Una decena de kenianos arribó a Puerto Príncipe el domingo y se reunió con representantes gubernamentales, el alto mando de la Policía y el cuerpo diplomático como parte del primer viaje de la misión liderada por el embajador Georges Orina, director general de Asuntos Bilaterales y Políticos del Ministerio de Relaciones Exteriores y la Diáspora.
Las tres jornadas de trabajo permitieron a los haitianos exponer sus expectativas en cuanto a la asistencia que precisan las fuerza nacionales de seguridad y confirmaron que todas las partes tienen la misma concepción de la misión:
“no se trata de sustituir a la Policía ni de realizar su trabajo, sino de ayudarla a ser más eficaz, más adaptada y capaz de cumplir su misión de proteger y servir”, según una nota del Ministerio de Comunicación.
Agregó que una de las peticiones formuladas por la Policía Nacional es la formación de unidades de intervención en el seno de la institución capaces de enfrentar los crecientes retos en materia de seguridad y garantizar así la estabilidad del país.
El viaje tuvo lugar ante el anuncio de la disposición de Kenya a liderar una fuerza internacional capaz de ayudar a la Policía a contener a las pandillas, responsables de miles de muertes, secuestros, el deterioro de las actividades económicas y de implantar un clima de terror en el país caribeño.
Al finalizar la misión, los miembros de la delegación se reunieron en Nueva York con representantes de Estados Unidos y Ecuador, países redactores de un proyecto de resolución que daría vía libre al despliegue de las tropas, así como el representante permanente de Haití ante Naciones Unidas, Antonio Rodrigue.
De acuerdo con el diario Le Nouvelliste, el objetivo de Rodrigue era hacer comprender que la opción de una fuerza estática, que significaría proteger exclusivamente los edificios e infraestructuras estratégicas, no se adapta a la situación actual del país.
“Durante la reunión en Nueva York, el embajador George Orina, jefe de la delegación de Kenya, dejó claro que después de sus reuniones con el gobierno, el alto mando de la policía y los diplomáticos acreditados en Haití, está convencido de que Haití necesita un grupo de trabajo ofensivo para resolver el problema de las bandas armadas”, dijo una fuente al rotativo.
El país caribeño lleva años sumido en la violencia mientras las bandas amplían sus zonas de control, lo cual obliga a cientos de miles de personas a abandonar sus hogares.
Con cerca de 10 mil efectivos para unos 12 millones de habitantes, la Policía parece superada y admitió carecer de los recursos necesarios para detener a las pandillas.
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