De acuerdo con un informe publicado este jueves por el Instituto Nacional de Estadísticas de este país (Istat), esa desaceleración de la tasa de inflación anual se debe, entre otros factores, a la baja apreciada en los precios de los bienes energéticos no regulados, cuyo incremento pasó del 7,0 al 5,7 por ciento.
Se registró un descenso del 6,6 al 5,7 por ciento en los costos de los servicios recreativos, culturales y de cuidados personales, mientras que el porcentaje en los de alimentos no procesados se redujo de 10,4 a 9,2; el de servicios relacionados con el transporte cayó de 2,4 a 1,2 y el de bienes duraderos bajó de 5,4 a 4,6 puntos porcentuales.
Tales efectos fueron parcialmente compensados por la aceleración de los precios de los servicios relacionados con la vivienda, que pasaron del 3,6 al 4,0 por ciento y un moderado descenso en los de la energía regulada, de 30,3 a 29,0 puntos porcentuales.
Los expertos del Istat apuntan en sus cálculos que la inflación subyacente, sin incluir a la energía y los alimentos frescos, se desaceleró aún más, al bajar del 5,2 al 4,8 por ciento, e igual ocurrió con la que excluye solo la energía, la cual se redujo a un porcentaje de 5,1 en agosto, menor a los 5,5 puntos de julio.
El crecimiento interanual tanto de los precios de los bienes, de 7,0 a 6,4 puntos porcentuales y de los servicios, que pasó de un 4,1 a un 3,6 por ciento, se debilitó, reduciendo el diferencial inflacionario entre el sector de servicios y el de bienes a un porcentaje de solo 2,8, cifra inferior al de 2,9 reportado en julio, agrega la fuente.
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