Ese programa, que cuenta con financiamiento del Fondo Verde para el Clima, entregó recientemente 150 asperjadoras manuales de espalda a los municipios beneficiarios, dio a conocer además en un comunicado la Oficina en la capital cubana de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Los medios se adquirieron para fortalecer las capacidades de agricultores en el manejo integrado de plagas y enfermedades en los cultivos, así como para mejorar la eficiencia en la aplicación de productos fitosanitarios.
Lo anterior forma parte de las acciones emprendidas en el contexto del proyecto para promover prácticas agrícolas sostenibles y de adaptación al cambio climático.
De las 150 unidades adquiridas, se entregaron 115 a productores y el resto se destinaron a las Unidades Empresariales de Base Integrales de Servicios Técnicos en los municipios de implementación del proyecto.
Estos son Los Arabos en Matanzas, Santo Domingo, Corralillo y Quemado de Güines en Villa Clara, y Amancio, Jobabo y Colombia en la provincia de Las Tunas.
Las asperjadoras manuales de espalda son herramientas de gran utilidad en la agricultura, ya que permiten una aplicación precisa y eficiente de los productos fitosanitarios.
Al ser portátiles y de fácil manejo, proporcionan un mejor control de las plagas y enfermedades en áreas de difícil acceso, lo que incrementa su efectividad en los diferentes sistemas de cultivos.
Con ese mismo fin llegarán próximamente al país 150 fumigadoras motorizadas y siete pulverizadores integrales para tractores, destinadas al esparcimiento de plaguicidas y sustancias fitosanitarias en los cultivos.
Estas adquisiciones son parte de las acciones que se llevan a cabo en el contexto del proyecto para promover la resiliencia climática en los ecosistemas agrícolas de Cuba, garantizar la producción de alimentos de manera más segura y eficiente y contribuir a la seguridad alimentaria.
Con el uso de esas herramientas se espera que los agricultores puedan enfrentar de manera más efectiva los desafíos climáticos y lograr una producción agrícola más sostenible y resiliente, señalan los especialistas.
IRES, con un respaldo de 38,2 millones aportados por el Fondo Verde para el Clima, continúa acelerando la restauración productiva de 35 mil hectáreas de tierras con suelos degradados e invadidos de especies exóticas en Cuba.
El objetivo es implantar sistemas forestales, agroforestales y silvopastoriles que combinan la siembra de especies forestales, frutales, forrajeras, pastos, cultivos varios, árboles de sombra y otros que estimulan la producción de alimentos, carnes y leche.
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