Los científicos participantes en esa investigación, publicada en la revista Nature, detectaron temperaturas de hasta 47 grados en las copas de los árboles, las partes más altas de estos seres vivos, un incremento de calor que bloquea la fotosíntesis.
Se trata de un impacto en el proceso natural de las plantas impulsado por la energía de la luz, mediante el cual se crean moléculas de glucosa (y otros azúcares) a partir de agua y dióxido de carbono, mientras que se libera oxígeno como subproducto.
Para llegar a tal conclusión, los responsables de este trabajo se valieron de datos recopilados por satélites de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA).
A su vez, esa información fue el resultado de un monitoreo de las temperaturas de las superficies vegetales, realizado entre 2018 y 2020, en bosques tropicales ubicados en Panamá, Puerto Rico, Brasil y Australia.
El estudio arrojó que la proporción de hojas que están por encima de esa temperatura crítica es aún pequeña, pues representa el 0,01 por ciento.
Sin embargo, señaló, en esa porción de vida la fotosíntesis está llevada a su límite y comienza a fallar, además, los científicos advirtieron que las partes afectadas podrían aumentar rápidamente, puesto que las hojas se calientan rápido.
El hecho de que estas regiones de la Tierra ya sufran deforestaciones y sequías es peligroso para la salud del planeta, significaron.
De hecho, el equipo de investigadores consideró que se necesitan objetivos ambiciosos de mitigación del cambio climático con el fin de ayudar a los bosques a mantenerse por debajo de los umbrales térmicos críticos.
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