En sus textos ahora el analista menciona este domingo la gigantesca estatua sumergida que se esconde en el Mar Caribe. Dicha pieza está situada en las cercanías de la costa de las Islas Caimán, en una zona ubicada a 19,8 metros de profundidad.
Recuerda el entendido, que se encuentra a pocos metros de la costa de esa nación, en pleno corazón del Caribe, cuando sorprende a los buzos desde hace nueve años, como valor añadido al turismo de la región y para difundir una particular filosofía.
Esta escultura, que se colocó para transmitir un mensaje puntual, representa una figura mitológica y se puede visitar en diferentes paseos submarinos.
Por demás, gracias a su ubicación y accesibilidad, los turistas que tienen experiencias en este tipo de actividades, pueden sumergirse para hacer fotografías de tal escenario.
Comenta que la historia del Guardián del Arrecife se inicia cuando el escultor canadiense Simon Morris diseñó cada detalle de la pieza, que a su vez está relacionada con otras tres del mismo nombre.
Una vez finalizado su trabajo, programó, junto a la estadounidense Nancy Easterbrook, el hundimiento de la estructura, que llegó al lecho marino el 12 de abril de 2014.
Acto seguido, el Guardián no solo se convirtió en un punto turístico para los fanáticos del buceo, sino también un enorme arrecife artificial, donde conviven decenas de especies.
Recuerda Perelló, que una de las primeras sensaciones que transmite la pieza es el asombro. Sucede que, con sus cinco metros de altura y 500 kilogramos de peso, atrae con fuerza bajo el agua.
Además, también atrapa con su diseño mitológico, mediante el cual se le identifica como una figura que combina la huella de un antiguo guerrero, que sostiene un cetro, con la de un caballito de mar.
El Guardián del Arrecife se colocó a dicha profundidad con el objetivo principal de invitar a reflexionar sobre el cuidado de los corales y del medio ambiente marino y, al mismo tiempo, promover el turismo de buceo.
Está claro que el primer paso para iniciar una travesía rumbo al Guardián es viajar a este pequeño territorio insular, que está cerca de Cuba y Jamaica.
Una vez allí, será necesario desplazarse hasta el extremo noroeste de la isla Gran Caimán, para llegar a Lighthouse Point, y por último, el tramo final se completará a nado, con equipo de buceo.
Tal iniciativa constituye toda una novedad, y ejemplo de valor añadido al turismo y a la filosofía alrededor de la industria de los viajes a favor del entorno de los seres humanos.
jha/rfc