De acuerdo con el jefe de misión de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en el istmo, Giuseppe Loprete, esas bandas logran traer incluso viajeros desde Asia que engañados atraviesan y enfrentan numerosos peligros en la selva de Darién, fronteriza con Colombia.
A juicio de Loprete esta situación de emergencia que experimenta toda la región exige una cooperación más fuerte y coordinada de todos los actores involucrados, incluidos los países emisores, de tránsito y de destino.
En momentos en que el Gobierno panameño está por anunciar medidas más fuertes frente al incremento de hasta más de 330 mil caminantes que cruzan esa jungla, el funcionario dijo al diario La Prensa que ningún país por sí solo podría proporcionar una respuesta adecuada.
Según datos oficiales, en ciertas semanas de agosto pasado se ha visto que entre dos mil 500 y tres mil personas, de ellas 20 por ciento de menores, llegaron diariamente a las comunidades de acogida de Bajo Chiquito y Canaán Membrillo, en Darién; y también a Los Planes, Chiriquí.
Loprete indicó que la OIM y la comunidad internacional reconocen los esfuerzos del Estado panameño para responder a esta emergencia global y regional dentro del territorio nacional, así como su rol de administrador y gerente de las estaciones temporales de recepción migratoria en las provincias de Darién y Chiriquí.
Sin embargo, insistió, ningún Estado ni organismo internacional puede responder a esta crisis sin apoyo.
Atender las necesidades de las personas migrantes irregulares en tránsito, así como a las necesidades de las comunidades receptoras, plantea importantes desafíos, principalmente relacionados con la financiación, comentó.
Además indicó que los responsables que manejan este negocio global son los criminales que abusan de la voluntad de las personas.
Al respecto mencionó la falta de acceso a información veraz y oportuna durante todo el proceso como una de las principales razones por las que las personas migrantes cruzan la selva del Darién.
En ese sentido instó a los Estados a seguir practicando un enfoque regional, integral y colaborativo, y reiteró el apoyo a las respuestas que aborden las obligaciones internacionales y los objetivos de paz y desarrollo sostenible, en pleno respeto de los derechos humanos de las personas en situación de movilidad.
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