En su conferencia de prensa matutina preguntado al respecto, dijo que es una forma de entregar una responsabilidad que le ha tocado atender como dirigente de un movimiento de transformación.
Explicó que es, sobre todo, un símbolo indígena que representa a los más pobres, y su idea es entregarlo a quien debe encabezar la transformación para darle continuidad.
Reiteró que ayudar a los pobres es lo que los hace diferente de los demás, de la oligarquía la cual no quiere al pueblo, no le tiene amor, son clasistas y racistas.
Dijo que no está inventado nada, nosotros le tenemos mucho amor al pueblo y mucha admiración, fe, y es un compromiso con esas comunidades. Relató que él se formó entre ellas y aprendió en esas comunidades civiles a trabajar con los indígenas desde muy joven, desde que salió de la escuela hasta 1966.
Recordó parte de la historia, cómo los colonialistas españoles los fueron empujando a los confines de México, a muchos lugares casi inaccesibles, y allí rehabilitaron sus vidas, y hasta esos lugares él fue a trabajar con ellos y a preservar su cultura.
Expresó que le sirve de orgullo estar terminando su carrera así, por eso ese bastón de mando significa mucho y es lo que voy a entregar, por el bien de todos primero los pobres.
Aclaró que no va a entregar el original que recibió de los indígenas el 1 de septiembre de 2018 que le fue entregado por las etnias originarias cuando asumió la presidencia en un masivo acto en el Zócalo capitalino, que es de tres colores, sino otro multicolor, que ya lo tiene y a lo mejor lo muestra mañana.
Explicó que está muy contento de llegar a este momento que ha sido posible gracias al trabajo de conjunto realizado y por ello pueden exhibir el suceso más importante de este sexenio que es haber reducido la pobreza de forma importante, lo cual nunca había ocurrido en México, y eso ayuda mucho.
Estamos muy bien, aseguró y ayuda mucho moralmente el conocer que se redujo la pobreza, y demostrar que la política del poder es humildad, se trabaje con ese ideal y ese sueño se haga realidad.
Poder constatar, comprobar, que en efecto la gente está saliendo de la pobreza, muchos, millones y se avanza hacia un país más igualitario, fraterno y humano.
Sobre todo que se haya logrado en paz, sin guerra, de forma pacífica y civilizada porque incluso hasta la oposición se ha comportado de forma bastante tolerante con la transformación, con el cambio de mentalidad en el país, pues no hay agresiones en exceso, y hasta este minuto se han moderado, y aunque mucha gente no está de acuerdo con nosotros, nos respetan como autoridad.
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