El dirigente de la Resistencia islámica libanesa respaldó la convocatoria del titular del órgano legislativo, Nabih Berri, de acudir a la institución para alcanzar un entendimiento, luego de 12 intentos fallidos y la prolongación del vacío de poder.
De acuerdo con Qassem, Líbano necesita con prontitud los derechos presidenciales, tras las repercusiones de los altos precios, el aumento de la pobreza, las dificultades en las escuelas públicas y la atención médica, así como el trabajo casi disfuncional de la administración.
Respecto a la negativa al diálogo, el alto representante de Hizbulah pidió no culpar al exterior por la ausencia de consenso y consideró que la solución corresponde a las fuerzas políticas internas con responsabilidad y sin injerencia.
En este sentido, puntualizó que la Resistencia y sus aliados apoyan un candidato con visión política clara de la independencia de Líbano, de su liberación y de no rendirse a las ambiciones del enemigo israelí.
También, abogó por un jefe de Estado con la voluntad de implementar un plan económico de rescate y apertura hacia Oriente, Occidente y todos los partidos políticos del país.
En esta línea de pensamiento, el jefe del bloque parlamentario Baalbek-Hermel, Hussein Haj Hassan, insistió en la urgencia de elegir lo más rápido posible al nuevo mandatario después de 10 meses de vacancia en la primera presidencia de la República.
Sobre este tema, el diputado enfatizó que tal logro requiere un entendimiento nacional a la luz de la incapacidad de cualquier partido de asegurar un quórum constitucional para las sesiones y la dificultad de conseguir una elección con 86 representantes en la primera vuelta.
Al mismo tiempo, el miembro del Bloque de Lealtad a la Resistencia, Ihab Hamadeh, afirmó que el diálogo es la única manera de hacer avanzar a la nación y la falta de respuesta de algunas fuerzas exacerba las crisis de los libaneses.
En su proyección para el presupuesto del próximo año, el legislador consideró que debe incluir la cuestión de la salud, la medicina y hospitalización, además de la cuestión de los salarios del sector público y un equilibrio en la imposición de impuestos y tasas a los ciudadanos.
Bajo un gobierno interino de limitados poderes constitucionales y en medio de la peor crisis económica de su época moderna, Líbano intenta designar al presidente número 14 después de la independencia.
El pasado 14 junio, el Parlamento volvió a fracasar por duodécima vez en el intento de elegir al jefe de Estado cuando ningún representante de la comunidad cristiana maronita alcanzó la mayoría de 128 diputados.
jf/yma