En declaraciones a Prensa Latina, el destacado académico y luchador social señaló que, con la virtual ruptura, “El gobierno ilegal del Perú continúa el maltrato contra el pueblo saharaui realizado por gobiernos y cancilleres anteriores”.
Agregó que la relaciones iniciadas en 1984, cuando Perú reconoció a la RASD, fueron suspendidas sin explicar la causa ni señalar el plazo de la interrupción.
Con esta actitud, la actual administración gubernamental “asume una posición neutra, en el fondo favorable al colonialismo en los hechos”, añadió Béjar.
Por su parte, el analista internacional Óscar Vidarte criticó lo que considera muchas idas y venidas del Gobierno respecto a la RASD “que denotan una política muy inestable y con bases poco sólidas y dan una mala señalar en el exterior”.
“Eso pasa cuando la política exterior del pais se mueve por lobies, viajecitos de congresistas y una Cancilleria sin noción de soberanía”, acotó la exministra de la Mujer Anahí Durand.
De otro lado, tras el pronunciamiento conjunto de siete partidos progresistas contra la medida, medios de prensa locales recogieron trascendidos sobre presiones políticas internas y externas, inclusive del reino de Marruecos, como causa de la suspensión.
El diario Uno dedicó su editorial del día al tema y señaló que la contradicción entre la medida tomada contra la RASD y el hecho que la Cancillería invoca para ello la libre autodeterminación de los pueblos.
El comentario destacó Marruecos se niega desde hace más de tres décadas a aceptar un referéndum en los territorios que ilegalmente ocupa, planteado por la ONU a iniciativa de su entonces secretario general peruano, Javier Pérez de Cuéllar.
Denunció que tras la interrupción de relaciones Perú-RASD “está el activo lobby (cabildeo) promaroquí parlamentario y mediático y cita al respecto un artículo publicado en un diario de derecha extrema, según el cual los saharauis son “un pueblo nómada manipulado por la socialista Argelia”.
Recordó que la RASD fue reconocida por el presidente centroderechista peruano Fernando Belaúnde en 1984 y que las relaciones diplomáticas las estableció el gobernante socialdemócrata Alan García, al año siguiente.
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