Uno de cada seis menores del mundo viven con menos de 2,15 dólares al día, advirtió un nuevo estudio conjunto del Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef) y el Banco Mundial divulgado aquí.
Ese índice equivale a que 333 millones de infantes enfrentan un contexto en el que carece de alimentación, saneamiento, vivienda, atención médica y la educación necesaria.
La situación para esas poblaciones se agravó con el estancamiento del combate ala pobreza extrema, estimado en tres años perdidos a causa a la pandemia de Covid-19.
Pocas jornadas antes del Segmento de Alto Nivel de la Asamblea General de la ONU, a celebrarse la próxima semana, el informe advirtió a los líderes mundiales que, de mantenerse el ritmo actual, no se cumplirá con el Objetivo de Desarrollo Sostenible de poner fin para 2030 a la pobreza infantil extrema.
La directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, aseguró que los avances hasta el momento demostraron que, con las inversiones y la voluntad adecuadas, se puede sacar a millones de niños de lo que a menudo es un círculo vicioso de pobreza.
No obstante esos avances, las crisis agravadas por los impactos de la pandemia de Covid-19, los conflictos, el cambio climático y las crisis económicas, estancaron el progreso y dejaron a millones de niños azotados por ese flagelo, aseveró.
En este escenario el informe propuso varias medidas urgentes para que los gobiernos y otros actores relevantes actúen con el propósito erradicar la pobreza extrema y revertir el actual contexto.
Entre otras, reconoció la necesidad de que los esfuerzos se enfoquen continuamente en los poblaciones menores que viven en pobreza extrema en países de renta baja y baja media y en contextos frágiles o inestables, así como diseñar políticas públicas para llegar a los hogares numerosos, con niños pequeños, y a los de zonas rurales.
Al mismo tiempo, demandó priorizar las agendas destinadas a abordar la pobreza infantil y aumentar el acceso a las prestaciones infantiles universales para reducir la pobreza.
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