De acuerdo con la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de Naciones Unidas en Sudán, de ese total, una cifra superior a los 4,1 millones son desplazados internos, en tanto 1,1 millones se refugiaron en países vecinos.
Hasta la fecha no tuvieron éxito varios intentos de mediación de países, como Arabia Saudita, entre las partes beligerantes para el logro de un cese al fuego y una paz definitiva.
Analistas estimaron que las posibilidades de una salida diplomática al contencioso bélico parecen cada vez más remotas, a juzgar por la renuncia al cargo el pasado miércoles de Volker Perthes, enviado especial para Sudán del Secretario General de la ONU.
Perthes dejó su puesto luego de que la gobernante Junta Militar pidió su dimisión como máximo representante de organismo mundial en este territorio, al considerar que con sus actuaciones internas contribuyó a empeorar el conflicto armado en curso en el país.
Los enfrentamientos en territorio sudanés, los cuales estallaron a mediados de abril último, dejaron hasta la fecha más de siete mil 500 muertos, miles de heridos y una cifra superior a los cinco millones de desplazados, de acuerdo con un reciente balance de organizaciones humanitarias.
Esos choques tienen como trasfondo el que las paramilitares RSF, dirigidas por el general Mohamed Hamdan Dagalo, no aceptaron el pedido del jefe del Ejército y presidente del gobernante Consejo Soberano de Transición, Abdel Fatah al Burhan, de integrarse a la formación castrense en medio de pugnas internas.
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