El líder lamentó que durante los últimos años el mundo no haya experimentado avances en los temas esenciales referidos a la paz, la prosperidad y el clima, al tiempo que resaltó cómo, por el contrario, los retos se multiplicaron.
Señaló en este punto que para enfrentar las coyunturas adversas solo se hacen promesas que a la postre resultan incumplidas.
“Solemos expresar objetivos nobles pero el cumplimiento es inadecuado, no podemos seguir obrando así, los países en desarrollo no se puede permitir esa situación, ningún país puede resolver el reto solo”, aseguró.
Llamó entonces a mostrar un liderazgo colectivo para resolver los desafíos eficazmente y a aplicar un nuevo enfoque, un nuevo tipo de multilateralismo más justo que obligue las naciones a unirse, que muestre compromiso con el respeto y el derecho internacionales.
“Debemos superar los intereses nacionales y centrarnos en objetivos comunes para la prosperidad de los pueblos y el desarrollo el plantea”, planteó.
Destacó que para los estados en desarrollo con zonas ribereñas de baja altura las presiones fiscales representan un riesgo mayúsculo y enfatizó cómo el alto servicio de la deuda genera efectos importantes sobre las sociedades.
Se refirió asimismo a la celebración de otra conferencia climática, la COP 28, que debe promover desenlaces diferentes a las citas anteriores del mismo tipo.
Pese a los esfuerzos realizados, puntualizó, el mundo está lejos de evitar un daño irreversible.
Debido al cambio climático, agregó, Surinam, sufre de temperaturas muy altas, tiene problemas en relación a la accesibilidad al agua potable, es vulnerable ante inundaciones y también ante aumento del nivel del mar.
No obstante, refrendó que su país sigue comprometido con la protección del planeta, para lo cual diseña acciones e impulsa alianzas público-privadas para mitigar las emisiones negativas de dióxido de carbono.
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