Abinader sostuvo que la humanidad afronta retos heredados y nuevos obstáculos que requieren acción y trabajar juntos para superarlos, y consideró legítimo preguntar si los países están encaminados a lograrlo.
El dignatario se refirió al impacto devastador del cambio climático para el planeta y las sociedades y dijo que constituyen una amenaza para el progreso.
Puntualizó que como economía en desarrollo, República Dominicana contribuye a la mitigación del calentamiento global mediante el fomento del uso de energías renovables, pero estimó que ese es solo un paso en el largo camino de la sostenibilidad.
También llamó la atención sobre el alto costo del petróleo en el mercado internacional, en perjuicio de los países importadores.
En ese sentido, instó a discutir y a aprobar en esa Asamblea un mecanismo financiero que garantice la estabilidad de los precios a naciones de renta media y baja.
Más adelante sostuvo que, como declaró el Secretario General de la Organización, el sistema financiero internacional está roto, y afirmó que cree firmemente en la necesidad de su reforma profunda para beneficiar a todos los países de manera equitativa.
Habló, además, acerca de la proliferación del sargazo en las costas y playas del Caribe, con un impacto económico, social y para el medio ambiente negativo, en especial para el turismo que representa, precisó, el 75 por ciento de la economía de algunas naciones.
Al respecto, señaló que Santo Domingo creó una Mesa Multisectorial para enfrentar ese problema, con la esperanza de que las naciones desarrolladas contribuyan con la solución.
El presidente dedicó gran parte de su intervención a la inestabilidad política y social que vive Haití, la que, dijo, puede convertirse en una amenaza para toda la región.
Mencionó la construcción por ciudadanos haitianos de un canal en el río Dajabón, que el Gobierno dominicano considera viola los tratados fronterizos entre los dos países y que pone en riesgo, dijo, el acceso al agua de centenares de agricultores de ambos territorios.
Comentó las medidas adoptadas recientemente por el Ejecutivo, como el cierre de la frontera con Haití para garantizar la seguridad y el interés nacional, y aseguró que República Dominicana no desea ni busca una confrontación con el pueblo haitiano.
Abinader estimó que en esa nación hay una ruptura del orden público por parte de elementos criminales, por lo que es legítimo acoger la solicitud de ayuda de sus autoridades mediante el envío de una fuerza multinacional.
El Gobierno de Haití expresó en días recientes su desacuerdo con las medidas anunciadas por el jefe de Estado dominicano.
El primer ministro Ariel Henry hablará este viernes en la 78 Asamblea General de Naciones Unidas, que se celebra en Nueva York.
De acuerdo con un comunicado oficial, el gobernante reiterará su petición urgente de asistencia a la Policía Nacional para restablecer la seguridad y defender los derechos e intereses del pueblo, respetando los de otros.
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