Un comunicado del Ministerio para las Relaciones Exteriores ratificó las palabras de su titular, Yván Gil, al intervenir en el 78 periodo de sesiones de la Asamblea General, relacionadas con el intervencionismo de Estados Unidos en la controversia con el país vecino.
Afirmó que esta disputa es producto del despojo llevado a cabo por el imperio Británico en el año 1899, el cual invocó la Doctrina Monroe, e “incluso tratando de militarizar la región”, a través de la recurrente realización de ejercicios militares con fines de intimidación.
Así como la protección de acciones emprendidas por la transnacional estadounidense Exxon Mobil que, de manera abierta, se convirtió en el “principal soporte financiero de la clase política guyanesa”.
El texto señaló que, en aras de la transparencia, los pronunciamientos oficiales emitidos por el Gobierno de la República Bolivariana de “ninguna manera se constituyen en una amenaza a la soberanía y la integridad territorial” de Guyana.
Expresó que la actuación histórica de Venezuela demostró su respeto por el derecho internacional y por el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales, las cuales son precisamente hoy las salvaguardas que la asisten para preservar su integridad.
Venezuela reiteró su firme decisión de salvaguardar su soberanía e integridad territorial y ratificó el “contenido de los comunicados oficiales» emitidos los días 19, 20 y 23 de septiembre de 2023, así como el pronunciamiento de su canciller de la ante la Asamblea General de la ONU.
Añadió que ellos recogen los argumentos del Estado venezolano en la “justa y necesaria defensa” de su seguridad e integridad territorial.
La nota denunció que las actividades unilaterales de Guyana “no son conformes con el derecho internacional”, por pretender llevarse a cabo en zonas pendientes de delimitación y que afectan áreas marítimas venezolanas.
Entre otras irregularidades e ilegalidades, mencionó que «todas las actividades autorizadas, incluso en su Bloque Stabroek, se realizaron, están realizando o se realizarán en zonas marítimas en las que solo Guyana goza de soberanía o de derechos soberanos exclusivos».
Afirmó que con ello “pretende convertir de forma unilateral» su reclamación en una frontera marítima establecida, lo cual es contrario al derecho internacional y principios básicos del derecho aplicable a la delimitación de fronteras marítimas, que establece que estas sólo pueden establecerse mediante acuerdo entre los Estados interesados.
Sobre la disputa de la Guayana Esequiba, Venezuela reiteró que el Acuerdo de Ginebra de 1966 traza una hoja de ruta convenida entre ambas partes para alcanzar una resolución pacífica a la controversia, a través de la negociación política.
Ratificó asimismo su disposición de participar en un encuentro de alto nivel, promovido por la Comunidad del Caribe para, en un ambiente de amistad, respeto mutuo y buena vecindad, continuar con las negociaciones previstas en dicho instrumento jurídico.
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