El plan tiene como objetivo retomar la vida normal en el interior del campo de refugiados y garantizar a la población el regreso a sus hogares.
La operación incluirá la presencia de hombres en las entradas al complejo escolar con el fin de ser completamente evacuados de militantes de ambos lados del conflicto, en preparación para su entrega a la administración de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (Unrwa).
Según reportes locales, este paso permitirá a la Unrwa realizar un estudio de los daños y luego decidir el momento del inicio del año escolar, pospuesto en las ocho escuelas del campamento debido a la rivalidad.
La medida de evacuar las escuelas de los armados se enmarca dentro de una serie de disposiciones acordadas en la reunión del organismo de acción conjunto palestino para establecer el alto al fuego, manteniendo bajo seguimiento la extradición de las personas buscadas.
Después de más de una semana de renovados enfrentamientos, el 14 de septiembre entró en vigor el cese de las hostilidades en Ein al-Hilweh tras el éxito de los esfuerzos del titular del Parlamento libanés, Nabih Berri, con los líderes de los movimientos Fatah y Hamas.
La rivalidad entre Fatah y grupos extremistas provocó muerte, heridos y el desplazamiento de los refugiados, además de tensar la situación de seguridad en el campamento y en la ciudad costera de Saida.
El 29 de julio, el campo fue testigo del estallido de los enfrentamientos entre Fatah y organizaciones extremistas, que aumentó después del asesinato del comandante de las Fuerzas de Seguridad Nacional Palestinas en Saida, Abu Ashraf Al-Armushi, y cuatro de sus compañeros.
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