Los mandatarios se trasladarán el viernes 6 de octubre a la localidad de Metetí, en la selva de Darién, en la frontera con Colombia, para definir acciones conjuntas de enfrentamiento al auge esos flujos, que podrían superar el millón de personas en tránsito hacia Estados Unidos antes que concluya este año, conoció Prensa Latina.
Cortizo indicó que con Chaves tiene una agenda de temas, pero que estaría dominada por la migración irregular y la cooperación entre ambos países.
En la 78 Asamblea General de Naciones Unidas, el jefe de Estado de la nación istmeña insistió que el tema es multilateral y requiere del apoyo de todos los países de la región.
Al respecto comentó que con Costa Rica hay coincidencias en que la migración irregular sea ordenada y segura.
Cortizo subrayó que en la nación vecina están devolviendo a los migrantes a sus países de origen, lo cual también hace Panamá, como ha sucedido con ciudadanos colombianos en las últimas semanas.
De acuerdo con un informe del Ministerio de Seguridad, hasta el pasado 27 de septiembre llegaron a la selva de Darién 402 mil 30 personas, cifra que supera a los 248 mil caminantes que utilizaron esa vía durante todo el 2022.
Según esa fuente, el ingreso diario a las comunidades ha llegado hasta las cuatro mil personas, en su mayoría de Venezuela, Haití, Ecuador y Colombia, aunque también hay chinos y afganos.
La frontera natural del Darién, de 266 kilómetros de largo y 575 mil hectáreas de superficie, se ha convertido en un corredor para los viajeros que, desde Sudamérica, tratan de llegar a Estados Unidos a través de América Central y México.
Para tratar de contener esta ola migratoria, las autoridades panameñas anunciaron el pasado 9 de septiembre nuevas medidas, entre ellas el aumento de las deportaciones de quienes ingresen de manera irregular al país.
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