En declaraciones al periódico An-Nahar, dijo que la prioridad es formar un gabinete antes de una dimisión.
Renunciar es una opción, agregó, y no para escapar de responsabilidades, sino de apoyar, si así hay un allanamiento hacia la instalación de un ejecutivo capaz de rescatar la nación de la debacle.
Hariri dio a entender de esa manera que aplazó su decisión de apartarse del cargo ante la discordia con el presidente de la Republica, Michel Aoun, para formar la alineación gubernamental.
Ambos están en desacuerdo con la distribución de puestos en el futuro colectivo ministerial, en especial con la elección de carteras para los cristianos.
En diciembre último, Hariri presentó un borrador de ejecutivo compuesto de 18 portafolios e integrado por especialistas ajenos a los partidos políticos que Aoun consideró poco realista.
Como alternativa, el titular del Parlamento Nabih Berri impulsó una iniciativa que contempla 24 ministerios y un reparto equitativo entre cristianos, musulmanes chiita y sunitas.
Empero, esa propuesta tampoco avanza a causa de que, a juicio de figuras religiosas y políticas, los islámicos gozarían de mayoría.
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