Señala que la apertura marca el aniversario de la Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales y Desarrollo Sostenible (Mondiacult) 2022, en la cual ministros de cultura de todo el mundo dialogaron sobre la importancia de esta como eje de transformación de las naciones.
Recuerda que Mondiacult tuvo lugar en septiembre del año pasado en la Ciudad de México, convocada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y organizada de manera conjunta con México.
Para conmemorar el primer aniversario de este encuentro, la secretaría y el gobierno presentan el «Salón Mondiacult 2022», situado en la Casa Miguel Alemán del Complejo Cultural Los Pinos.
El comunicado expresa que se trata de un espacio expositivo donde se presenta una muestra documental que refleja el desarrollo, las conclusiones y los logros alcanzados durante esta conferencia histórica.
Asimismo, alberga la «Colección Mondiacult 2022», compuesta por 25 piezas y elementos culturales donados a México y que representan la riqueza y la diversidad cultural de países participantes.
Entre ellos, cita a Armenia, Austria, Azerbaiyán, Bulgaria, Camerún, Canadá, Colombia, Costa de Marfil (Côte d’Ivoire), Cuba, Ecuador, Finlandia, Francia, Hungría, Indonesia, Islandia, Jordania, Mauricio, Noruega, Paraguay, Rumania, Rusia, Serbia, Suecia, Venezuela y Zimbawe.
La secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto Guerrero, recordó que Mondiacult 2022 se llevó a cabo 40 años después de su primera edición, gracias al acuerdo entre distintas naciones.
Esa reunión tuvo como sedes el Auditorio Nacional y el Complejo Cultural Los Pinos, donde se sembraron diálogos y acuerdos, pese al ambiente convulso a nivel global por la contingencia de Covid-19, y diversos conflictos geopolíticos.
Gracias a la política del presidente Andrés Manuel López Obrador, todos los países, todas las culturas son bienvenidas en México, por eso es una nación donde se podía llevar a cabo esta reunión.
Nos llevó varios años de trabajo, de consultas técnicas regionales para llegar a un acuerdo, a una agenda común. La posibilidad de poner la política pública desde el corazón, la empatía, la generosidad de volvernos a ver fue lo que logró un ambiente para lograr una declaratoria no por unanimidad, sino por aclamación.
Asimismo, recordó los acuerdos alcanzados, entre ellos, que la cultura sea reconocida como un bien público del mundo, no un accesorio, y la importancia de tener un Objetivo de Desarrollo Sostenible específico, reconocer la diversidad cultural como la mayor riqueza de la humanidad, y cuidar del patrimonio de cada nación, entre otros.
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