De acuerdo con el director del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica, hubo malas políticas durante la crisis sanitaria y ahora se están pagando las consecuencias.
Recordó el experto que en los momentos más tensos por la propagación del virus el Estado hizo transferencias financieras a los hogares más afectados y se autorizaron varios retiros de los fondos de pensiones a toda la población.
Esto significó una inyección artificial al consumo de casi 50 mil millones de dólares, una cifra gigantesca capaz de desequilibrar cualquier economía, precisó Bravo en declaraciones al periódico Cooperativa.
Como resultado, la inflación se disparó y todavía está en niveles superiores a lo normal, al mismo tiempo que ocurrió una contracción en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), que este año podría ser nulo o ligeramente negativo.
Es verdad, dijo, que según las estadísticas en la actualidad la tasa de ocupación es similar a la registrada en 2019, pero en el ínterin alrededor de 700 mil personas arribaron a la edad laboral y la mayoría no encuentran un puesto.
Los especialistas estiman que sólo para absorber a quienes se convierten cada año en económicamente activos el PIB debe crecer por lo menos en 2,5 por ciento, lo cual no es el caso de Chile.
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