El permiso fue aprobado por mayoría simple, con los votos de 59 de los 130 legisladores, 46 en contra y seis abstenciones, con lo cual la mandataria podrá emprender la gira, pese a las resistencias evidentes en el resultado de la votación.
En la espera del permiso, la mandataria argumentó sobre la pertinencia del periplo.
Ante opiniones que consideran innecesaria su salida, invocó la necesidad de la llamada diplomacia presidencial por la cual los contactos del más alto nivel no pueden ser realizados por cancilleres u otros ministros, según dijo.
“Los presidentes no se reúnen con primeros ministros ni con cancilleres, se reúnen de presidente a presidente; es importante que la presidenta salga al extranjero para buscar mayores y mejores inversiones para el Perú”, afirmó.
La mandataria tiene en la agenda del viaje una audiencia no oficial con el papa Juan Pablo II y el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, y un contacto con el presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeie, quien no es jefe de Estado, y allí participará en una reunión empresarial.
“La visita que vamos a hacer al presidente de Alemania también sirve para que podamos buscar una mayor inversión para el Perú», añadió la presidenta.
En Roma, la mandataria solo tiene previsto una reunión con el director de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Qu Dongyu.
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