El visitante fue recibido en el Aeropuerto Marcos A. Gelabert, de esta capital, por la canciller Janaina Tewaney, y la embajadora tica en el istmo, Ingrid Picado.
Según la agenda, mañana se desplazará a la selva de Darién para platicar con Cortizo sobre los crecientes flujos de viajeros ilegales por ese Parque Nacional– casi 400 mil personas en lo que va de este año.
Según la agenda, antes de partir hacia la jungla, Cortizo y Chaves sostendrán un encuentro privado para luego sobrevolar en la región fronteriza con Colombia los puntos donde se registra el ingreso diario de miles de caminantes procedentes de Suramérica.
Esa operación concluirá en la Estación de Recepción Migratoria (ERM) de Lajas Blancas, donde encabezarán la reunión bilateral de sus respectivos gabinetes en una de las brigadas del Servicio Nacional de Fronteras(Senafront), conoció Prensa Latina.
A saber, la delegación del país istmeño, presidida por Cortizo, también la integrarán la canciller Tewaney; los ministros de Seguridad, Juan Manuel Pino; de Gobierno, Roger Tejada; y de Ambiente, Milciades Concepción; asi como la directora del Servicio Nacional de Migración, Samira Gozaine.
Forman parte de esa comitiva, además, el director de Senafront, Jorge Gobea; y el director del Servicio Nacional Aeronaval, Eliécer Cárdenas.
Por su parte, Chaves estará acompañado además por su canciller, Arnoldo André Tinoco; el titular de Seguridad, Mario Zamora; y el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, quienes tienen previsto retornar a San José la misma tarde de este viernes.
Estadísticas oficiales en Panamá señalan que, de enero a septiembre último, rumbo a Estados Unidos, han transitado por el Parque Nacional de Darién 334 mil personas, una buena parte menores de edad, en su mayoría venezolanos, ecuatorianos y haitianos, aunque también se registran ciudadanos de naciones asiáticas.
Recientemente, Chaves firmó un decreto que declara la crisis de la migración irregular como Emergencia Nacional, lo cual permite tomar medidas administrativas, operativas y económicas y trabajar con procedimientos más ágiles para apoyar las labores de las instituciones relacionadas con la protección de las familias que ya se encuentran en las fronteras.
Panamá, por su parte, lanzó la campaña “Darién no es una ruta, es una jungla” y anunció acciones como el incremento de deportaciones, cambios en las estaciones de recepción en comunidades indígenas y controles más severos en aeropuertos y otras vías formales de ingreso al país.
Ambos mandatarios apuestan por garantizar una migración controlada y segura, pero requieren de apoyo internacional y demandan responsabilidad compartida entre las naciones emisoras, de tránsito y de destino.
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