Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), unas 800 mil personas de otras naciones son protegidas en territorio etíope, contados alrededor de 416 mil niños en edad escolar, de los cuales el 55 por ciento asiste a alguna institución docente.
Como resultado de las gestiones del gobierno, hay un progreso notable en el aumento de la matrícula en centros educativos durante los últimos años, reconoció la representante de la institución aquí, Ann Encontre.
Sin embargo, numerosos refugiados no asisten a la escuela todavía, y la Covid-19 agravó ese problema, aclaró Encontre, quien instó a incrementar las acciones nacionales y la colaboración internacional para garantizar educación para todos los niños y jóvenes.
Muchas escuelas están congestionadas, tienen limitaciones para lavarse las manos y otras prácticas, por lo cual cumplir con las medidas de precaución necesarias para enfrentar el coronavirus es un desafío muy grande, de acuerdo con un informe de la Acnur.
En enero de 2019, el Parlamento de Etiopía aprobó que los refugiados puedan obtener permisos de trabajo y de conducir, acceder a la educación, registrar nacimientos o matrimonios y abrir cuentas bancarias, entre otros derechos.
La nación ubicada en el denominado Cuerno Africano acoge principalmente a ciudadanos de países vecinos, como Eritrea, Somalia, Sudán y Sudán del Sur, aunque alberga a individuos de más de 20 nacionalidades.
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