Por Adoniram Sanches y Mariom Khamis*
Colaboradores de Prensa Latina
Poblaciones rurales y personas que trabajan en estas cadenas de valor agrícolas, generando alimentos y moviendo la economía de los países, ya sufren los impactos.
En 2023 se superaron todos los récords de altas temperaturas, y las inundaciones y sequías extremas, los megaincendios y las olas de calor son ahora hechos regulares en América Latina y el Caribe.
La región enfrenta hoy un nuevo golpe: la manifestación del fenómeno de El Niño, que aumentó la temperatura superficial del mar causando estragos en la pesca y que amenaza con intensificar choques climáticos como la sequía.
Esto es especialmente preocupante para el sector agrícola. Según cifras recientes de la FAO, la agricultura y sus rubros absorben el 82 por ciento del total de las pérdidas económicas por este tipo de eventos, y el 23 por ciento del total de los daños y pérdidas por desastres.
Es por ello que debemos adoptar soluciones innovadoras y escalables para evitar y reducir estas pérdidas.
PRONÓSTICOS Y ALERTAS PERMITEN IMPLEMENTAR ACCIONES ANTICIPATORIAS
Los pronósticos y alertas nos permiten implementar acciones anticipatorias para reducir el riesgo y mitigar los potenciales impactos, y no esperar a que se desencadenen las emergencias para actuar.
También nos ayudan a prepararnos para los desastres que no podemos evitar, asegurando respuestas más rápidas y eficientes a las emergencias, preservando así la dignidad de las personas.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) da apoyo a los países para implementar medidas anticipatorias ante sequía en Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Bolivia, Venezuela y Colombia.
Estas acciones incluyen infraestructura para la captura, almacenamiento y gestión del agua y sistemas de riego para mejorar su uso.
En Ecuador también se está dando asistencia en la preparación para enfrentar a El Niño Costero mediante la implementación de sistemas de drenaje y limpieza de canales.
MOVILIZAR MÁS AYUDA PARA COMUNIDADES VULNERABLES LATINOAMERICANAS
La FAO también presentó un plan de respuesta a fin de movilizar más ayuda para las comunidades vulnerables en América Latina, con el objetivo de apoyar a más de un millón de personas en varios países de la región.
Dichos esfuerzos se suman a un programa más amplio de adaptación al cambio climático.
Construir capacidades de resiliencia climática es el único camino para proteger los medios de vida de las personas, para una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor.
Parte del trabajo que estamos desarrollando lo compartimos durante la Semana del Clima este año en Panamá, instancia donde los países de la región ponen en el centro de la mesa la importancia de la acción climática.
arb/ga/as/mk
*Los autores son el coordinador subregional para Mesoamérica y representante de la FAO en Panamá y Costa Rica; y la especialista en Gestión del Riesgo de Desastres de la FAO para América Latina y el Caribe, respectivamente.