El encuentro, organizado por la citada Comisión, pretende ser un acto de reconocimiento en el que la también exsenadora entregará su testimonio.
Los representantes de las FARC-EP y Betancourt se encontrarán por primera vez, cara a cara, desde su liberación el 2 de julio de 2008.
En el acto participarán Alan Jara, exgobernador del Meta; Luis Eladio Pérez, exsenador del Partido Liberal y el exmilitar Jhon Frank Pinchao, antiguos compañeros de cautiverio de Betancourt.
‘Creo que tenemos que encontrar una forma nueva de hablarnos. Yo nunca hubiera imaginado desde lo profundo de mi cautiverio que un día tendría la posibilidad de un diálogo humano con mis antiguos captores. Lo que quiero transmitirle al país en esta situación tan difícil, es que la violencia nunca ha sido ni será la solución’, aseguró.
‘Todos queremos la paz, pero la paz necesita un cambio profundo de nuestra relación con el otro’, añadió Betancourt.
Por parte de las FARC-EP, hoy convertida en partido Comunes, estarán presentes su presidente, Rodrigo Londoño, Pastor Álape y Carlos Antonio Lozada.
A inicios del 2020, Londoño y otros excombatientes por medio de una carta pública pidieron perdón a las víctimas del cautiverio y sus familiares y reconocieron que fue un ‘gravísimo error’ el que cometieron.
‘El secuestro solo dejó una profunda herida en el alma de los afectados e hirió de muerte nuestra legitimidad y credibilidad’, señala la misiva.
‘Tomada esa decisión, en las circunstancias excepcionales de la guerra irregular y buscando equilibrar fuerzas, tuvimos que arrastrar este lastre que hasta hoy pesa en la conciencia y en el corazón de cada una y cada uno de nosotros’, agrega el texto.
La Comisión de la Verdad a través de su presidente, Francisco de Roux, reconoció el gesto de los excomandantes y señaló que ‘más importante que determinar cuándo se dice la verdad es que esta se diga en algún momento’.
Los exjefes guerrilleros ‘han dado un paso que esperábamos hacia la paz basada en la verdad. Un paso en la sinceridad que todos debemos acoger y rodear’, expresó entonces.
Junto con otros congresistas y políticos retenidos, el secuestro de Betancourt y Rojas fue catalogado como una acción política.
Las FARC-EP los esperaba canjear por guerrilleros detenidos en prisiones colombianas, una estrategia denominada acuerdo humanitario.
Ingrid Betancourt se encontraba en campaña para los comicios de 2002 cuando fue capturada en los alrededores de San Vicente del Caguán, suroeste del país, mientras el gobierno le había retirado su escolta.
oda/otf