Desde hace unas dos semanas, la gasolina se convirtió en un bien escaso, y su precio informal puede llegar a triplicar el oficial, al tiempo que servicios como la transportación colectiva aumentaron vertiginosamente su precio.
La nueva crisis del rubro se agudizó en medio de los enfrentamientos entre las bandas armadas por el control de la entrada sur de la capital, que empujó a más de 10 mil personas a abandonar sus viviendas, y limitó el acceso a la ciudad.
En este contexto los surtidores quedaron desabastecidos, y los pocos que aún cuentan con combustible permanecen abarrotados.
La Oficina de Monetización de los Programas de Ayuda al Desarrollo (Bmpad, por sus siglas en francés), entidad estatal que gestiona el sector, aseguró que su trabajo es abastecer las terminales y el contrato se cumplió.
Lentz Maignan, portavoz de la institución dijo al diario Le National que una vez que los pedidos de gasolina, gasóleo y queroseno llegan a las terminales de Martissant 25, Thorland en Carrefour y Varreux en Cité Soleil, corresponde a las empresas de distribución hacer la entrega en los surtidores correspondientes.
No obstante, reconoció que los problemas de inseguridad repercuten en la comercialización, y anunció la llegada de un nuevo cargamento con 250 mil barriles de gasolina y 350 mil de diesel, antes del 30 de junio.
La semana pasada, la Asociación Nacional de Propietarios de Estaciones de Servicio confirmó que el suministro se dificultó por la ola de violencia de las pandillas que bloqueó la Ruta Nacional 2, dejando incomunicada la terminal petrolera de Thor.
Por su parte, los choques hostiles en Cité Soleil, situado en la entrada norte de Puerto Príncipe, impidieron el abastecimiento de las estaciones de servicios desde la terminal Varreux.
David Turnier, titular de la Asociación Nacional de Distribuidores de Productos Petrolíferos, indicó que el combustible se encuentra disponible, ‘pero hacer la entrega no es un asunto fácil’, subrayó el empresario.
Además de los combustibles, la guerra de bandas también impactó otros sectores como la salud, el comercio y la educación, que experimentan dificultades mientras se intensifica la situación de inseguridad.
Autoridades sanitarias planean reubicar o incluso cerrar un centro de atención a pacientes de Covid-19, situado en Delmas 2, zona controlada por bandas armadas, mientras la Asociación de Industrias denunció los ataques y saqueos a negocios privados.
Igualmente, el Ministerio de Educación anunció la víspera la reubicación de varios centros destinados a realizar exámenes estatales, en medio del aumento de la violencia.
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