Al decir de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, los fondos servirán para financiar inversiones limpias desde el punto de vista medioambiental y sin comprometer la soberanía de los Estados receptores.
Desde una perspectiva pragmática, el posicionamiento de la UE es visto como una respuesta de carácter geoestratégico frente a otras potencias, en especial, ante el avance internacional de las iniciativas de China al amparo de la Nueva Ruta de la Seda.
“El objetivo de Global Gateway es dar a los países la posibilidad de elegir y de elegir mejor. Porque para muchos países de todo el mundo, las opciones de inversión no sólo son limitadas, sino que todas vienen acompañadas de mucha letra pequeña y de un coste muy elevado”, alegó Von der Leyen.
Ningún país, reconoció, debería enfrentarse a una situación en la que la única opción para financiar su infraestructura esencial sea vender su futuro.
“Global Gateway tiene el tamaño necesario para marcar la diferencia. Y, lo que es igual de importante, establece un nuevo enfoque para los grandes proyectos de infraestructuras”, comentó.
Según afirmó, el plan respaldó proyectos para fabricar vacunas, instalar parques solares y eólicos, así como tender cables de fibra óptica bajo el mar Negro hasta Georgia y Asia Central o conectar ferrocarriles y redes eléctricas en los Balcanes Occidentales, Moldavia y Ucrania.
Además, en las próximas 24 horas, “tendremos anuncios y firmas por valor de cientos de millones de euros”, anunció la funcionaria.
Desde el inicio de Global Gateway en 2021, la UE estableció ya compromisos financieros por 66 mil millones de euros en diversos proyectos, casi la mitad mediante subvenciones; todo ello a cuenta del presupuesto del bloque sin contar las gestiones de Estados miembros y la financiación privada, explicó.
Actualmente, ejemplificó, están en ejecución corredores económicos estratégicos en el sur de África, a fin de conectar los océanos Atlántico e Índico.
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