Invitamos a la rendición a quienes trabajan para las ‘filas enemigas’, señaló en el documento, refiriéndose al gobierno afgano y las tropas estadounidenses.
Tras señalar que aquellos exoficiales y soldados que han renunciado a su oposición viven en áreas liberadas con confianza, se comprometieron a ‘otorgar los derechos islámicos debidos’ en las zonas bajo su control.
Los insurgentes luchan por tomar el control de ciudades estratégicas en el norte del país, incluido su centro regional Mazar-e-Sharif, después de capturar docenas de distritos en los últimos dos meses.
No obstante, medios locales señalan que caudillos en esas regiones y los civiles se han unido a las tropas afganas para hacer retroceder el avance de los talibanes.
Miles de fuerzas afganas y civiles armados están preparados para defender la ciudad de Mazar-e-Sharif, sus afueras y los distritos que se han perdido, aseguró el gobernador de la provincia de Balkh, Mohammad Farhad Azimi.
Los soldados afganos recapturaron dos distritos en Balkh y la cercana provincia de Baghlan durante una feroz batalla nocturna que dejó 80 combatientes talibanes muertos, según el Ministerio de Defensa del país.
Sin embargo, desde el anuncio hecho a mediados de abril de Estados Unidos de salir de Afganistán en septiembre, el grupo militante ha tomado el control de más de 50 distritos.
De acuerdo con medios de prensa, ahora los rebeldes controlan 118 de los 407 distritos del país, y otros 190 se encuentran en disputa.
La principal enviada de la ONU en Afganistán, Deborah Lyons, dijo la víspera que las bajas civiles aumentaron un 29 por ciento en el primer trimestre de 2021, en comparación con el mismo período del año pasado.
Este lunes, el líder talibán, Haibatullah Akhundzada, pidió en un comunicado a sus soldados que no dañen a los civiles, luego que funcionarios afganos los acusaran de practicar el terrorismo contra su propio pueblo.
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