Un análisis publicado en el sitio digital especializado Informazione Fiscale, señaló que las iniciativas que se estudian tienen como objetivo crear facilidades y aportar incentivos para que las personas permanezcan laborando más allá de los 62 años de edad con 41 trabajados, establecidos en la actualidad.
Aunque en un inicio se pretendió elevar por ley en un año la edad de jubilación se evalúa más conveniente mantener en principio el régimen ya establecido, pero con algunos ajustes para animar a las personas a continuar en el trabajo.
Según datos oficiales Italia cuenta con poco más de 16 millones de jubilados, que en el 2022 recibieron una pensión anual promedio de 19 mil 976 euros, mientras la población total es de poco menos de 59 millones de habitantes.
En 2012 se valoró un fuerte aumento de la edad de jubilación hasta los 67 años, que habría entrado en vigor automáticamente a partir de enero próximo, una iniciativa que fue suspendida desde 2019.
El documento señaló que las personas que decidan jubilarse de manera anticipada sufrirán un recorte de la pensión a recibir. En tanto, los trabajadores podrán jubilarse una vez transcurridos siete meses (nueve si son empleados públicos) desde el cumplimiento de los requisitos.
Habrá cambios en el sistema contributivo, con la eliminación de la restricción, según la cual el monto del subsidio de la pensión de vejez debe ser superior a 1,5 veces el de la pensión social y el aumento del vinculado a la jubilación anticipada y a la que comprende descuentos, para mujeres con hijos.
Se modifica el mecanismo de indexación de las pensiones, mientras la revalorización baja del 32 al 22 por ciento para el último tramo, el de los cheques 10 veces por encima del mínimo.
En el marco presupuestario plurianual, presentado en septiembre de 2023, se prevé que la factura de pensiones, una de las más elevadas del mundo, alcance un nivel de 17 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en el 2042, frente a los 15.3 puntos porcentuales del año pasado, precisó la fuente.
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