La República Bolivariana recordó a Guterres y a la comunidad internacional que el 25 de febrero de 2018, advirtió “la necesidad de respetar el Acuerdo de Ginebra de 1966”, reiterando la carta enviada a su predecesor Ban-Ki Moon el 15 de diciembre de 2016, indicó un comunicado de la Cancillería.
Señaló que dando la espalda a la aplicación de los medios sucesivos contemplados en dicho acuerdo, se remitió el caso, “sin la voluntad de una de las partes”, a la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
El texto reconoció que esta acción marcó un punto de inflexión en el comportamiento de Guyana, al abandonar la vía diplomática del diálogo directo, y tomar decisiones que “retan la legalidad internacional y amenazan la paz y estabilidad de la región caribeña”.
¿De qué ha servido llevar este caso a la CIJ sin contar con el consentimiento de una parte esencial, como lo es Venezuela, violando la letra del Acuerdo de Ginebra?, cuestionó.
Denunció que son las acciones de Guyana, asociada con el Comando Sur de Estados Unidos y autorizar concesiones en un mar pendiente por delimitar, la que “se está convirtiendo en la mayor amenaza a la paz y estabilidad del Caribe”.
La nota afirmó que el insistente llamado de Caracas ha estado dirigido a establecer conversaciones directas, cara a cara, que permitan avanzar en la resolución pacífica y satisfactoria para las partes en la controversia por el Esequibo, como lo establece el único documento válido: el Acuerdo de Ginebra.
Afirmó que el 3 de diciembre el pueblo venezolano decidirá en el referendo consultivo, de “manera soberana, democrática y pacífica”, su destino en la lucha por hacer valer sus históricos derechos sobre el territorio de la Guayana Esequiba, y aseguró, “nada ni nadie le apartarán de este camino”.
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