Así lo dio a conocer el presidente Rodrigo Chaves en conferencia de prensa luego del Consejo de Gobierno, quien explicó que el objetivo es fortalecer las condiciones de circulación entre las zonas norte y centro del país e impulsar la competitividad de los sectores productivos de la Región Huetar Norte.
El nuevo programa beneficiará a los sectores agrícola y turístico, e incluye un 75 por ciento de los productos de la cadena de valor de insumos de la agricultura en la zona, así como a 350 pequeñas y medianas empresas en el área de influencia directa de la ruta, con la reducción de su tiempo de viaje hacia los nodos logísticos.
También serán beneficiarios 3,2 millones de turistas que visitan anualmente la región, con ahorros significativos en sus tiempos de viaje, destacó la entidad bancaria en un comunicado.
El representante del BID en Costa Rica, Francisco Javier Urra, resaltó que a esa entidad le complace contribuir al desarrollo de infraestructura vial estratégica para Costa Rica, con un enfoque territorial que busca impulsar la competitividad de la Región Huetar Norte.
Esto mejora las condiciones de movilidad para la agricultura, el turismo y otras actividades productivas que generan empleo y prosperidad en esta población, a la vez que contribuyen al crecimiento equitativo del país, señaló.
Resaltó además que esa zona destaca por su potencial turístico, productivo, agrícola y pecuario.
En 2019, sus exportaciones representaron el siete por ciento nacional, y la piña, los jugos, los concentrados y la yuca son los principales productos exportados. Por su parte, el turismo hacia zonas cercanas al volcán Arenal se duplicó entre 2016 y 2019.
No obstante, su competitividad se ve impactada por la configuración de las rutas hacia los centros productivos y los parques turísticos, que aumentan los tiempos de viaje y costos para los productores y viajeros.
Para mejorar la conectividad, el programa se propone finalizar la construcción de la Ruta Nacional 35, que une la Ruta Nacional 1, con la ciudad de San Carlos.
El programa concretará la construcción de esa vía siguiendo criterios de diseño resilientes, según el plan de gestión de riesgo de desastres y cambio climático, y la implementación de un modelo de Asociación Público-Privada para su operación y mantenimiento.
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