De acuerdo con una nota publicada este lunes en el sitio digital de la agencia informativa AGI, entre las piezas encontradas se destaca un altar de piedra con una inscripción bilingüe, en etrusco y en latín, que confirma la convivencia de dos pueblos en torno a este santuario, a comienzos del siglo I de nuestra era.
La estatua de Apolo, de casi dos metros, de la cual solo faltan por hallarse partes de la cabeza y los brazos, es al parecer una réplica de la realizada en bronce por el escultor griego Praxíteles, y representa al dios junto a un lagarto.
Los descubrimientos marcan la última etapa de las excavaciones en las antiguas termas de San Casciano, ubicadas en esa localidad de la región de la Toscana, iniciadas tres años atrás, y que en 2022 posibilitaron el hallazgo de 24 estatuas de bronce etruscas y romanas de entre los siglos II antes de nuestra era y I de nuestra era.
Ese lugar es famoso, aún en la actualidad, por sus aguas y baños termales y, a la par de las excavaciones arqueológicas, se trabaja para reconstruir esas termas, fundadas por los etruscos y que los romanos convirtieron en un complejo consagrado al culto de los dioses y al disfrute, principalmente de las clases altas de la sociedad.
Ese santuario, con terrazas inclinadas, altares, estanques y fuentes, data al menos del siglo III antes de nuestra era, y se mantuvo activo hasta el siglo V de nuestra era, cuando debido a su carácter pagano fue destruido y clausurado por los cristianos.
El ministro de Cultura italiano, Gennaro Sangiuliano, señaló en un mensaje en las redes sociales, a raíz de los nuevos descubrimientos, que “las excavaciones de San Casciano revelan nuevas maravillas que atestiguan la fuerza de la historia”.
“Gracias a quienes con pasión y dedicación están trabajando en este gran proyecto”, expresó el ministro, quien anunció que “ya hemos comprado el edificio que albergará un maravilloso museo”, donde se exhibirán las piezas arqueológicas halladas en ese lugar.
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