En su intervención en el debate abierto virtual del Consejo de Seguridad sobre niños y conflictos armados, el titular presentó su más reciente reporte sobre ese tema, al cual calificó de sombrío.
Según destacó, el desprecio por los derechos de los menores de edad en tiempos de conflicto y agitación resulta espantoso y desgarrador: durante 2020 se cometieron casi 24 mil violaciones graves contra 19 mil 300 niños en las 21 situaciones cubiertas por ese mandato de la ONU.
El reclutamiento y el uso de niños en hostilidades se mantiene entre las principales violaciones, seguidas de asesinatos y mutilaciones y negación del acceso humanitario, apuntó.
‘Además, surgieron tendencias nuevas y profundamente preocupantes: un aumento exponencial del número de niños secuestrados y de la violencia sexual contra niños y niñas’.
También se registran escuelas y hospitales constantemente atacados, saqueados, destruidos o utilizados con fines militares, con instalaciones educativas y de salud para niñas agredidas de manera desproporcionada, alertó.
El conflicto devasta las sociedades y golpea a los niños con especial dureza, y el inicio de 2021 no ha sido una excepción, subrayó el secretario general de Naciones Unidas.
La pandemia de Covid-19 trajo nuevos desafíos y tensiones en el trabajo de resguardar a los menores que viven en situaciones de guerra, dijo el diplomático portugués y enfatizó en la necesidad de financiar puestos de protección infantil en el terreno.
A medida que evolucionan los conflictos armados y los menores enfrentan múltiples amenazas, el marco para su protección también debe adaptarse, recalcó. En ese sentido, urge elevar la voz de los niños y su interés superior en procesos de paz y toma de decisiones.
No hay lugar para los niños en las guerras, aseveró el secretario general de la ONU, y no debemos permitir que los conflictos pisoteen sus derechos.
De acuerdo con el reporte de Naciones Unidas, la pandemia convirtió a las escuelas en blancos fáciles para la ocupación y usos militares, y durante el último año hubo un aumento de esos fenómenos mientras tales centros permanecían cerrados temporalmente en el contexto de la crisis sanitaria.
Frente a tal escenario, las autoridades de ONU insisten en la necesidad de asegurar recursos para la protección de la infancia en un momento de sufrimiento extremo para los niños, dados los numerosos retrocesos en los procesos democráticos y el aumento de la violencia entre las partes en conflicto.
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