Fruto de año y medio de trabajo, la pieza, de tres metros de alto y 400 kilos, forma parte de la serie Mujeres fragmentadas y fue elaborada con trozos de cerámica, hierro y cemento.
Se trata de un homenaje a las víctimas de las agresiones intrafamiliares y a aquellas que, lamentablemente, perdieron la vida a manos de sus parejas, expresó el autor de la obra, Héctor Valdés.
El nombre de la escultura tiene doble significado. Por un lado es un homenaje a Gabriela Alcaíno, asesinada en julio de 2018 por su exnovio, quien fue condenado a presidio perpetuo.
En recordación a esta joven en 2020 se aprobó la ley homónima que amplía el marco legal del femicidio y califica como tal el asesinato de una mujer por su pareja o expareja, independientemente de si han tenido convivencia o no.
La obra también es un tributo a Gabriela Mistral, la poetisa chilena que recibió el Premio Nobel de Literatura en 1945.
Según datos de la Red Chilena Contra la Violencia hacia las Mujeres, en lo que va de 2023 se registraron aquí 39 femicidios.
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