Estos hechos van desde desinformación a la interrupción de las redes informáticas, dijo al intervenir en el debate Abierto del Consejo de Seguridad de la ONU sobre ciberseguridad.
Asimismo, recalcó que la escala y la omnipresencia de la inseguridad cibernética ahora se reconoce como una preocupación importante.
La dificultad política y técnica de atribuir y asignar responsabilidad por los ataques cibernéticos podría tener consecuencias significativas, apuntó Nakamitsu, incluso en respuestas armadas no deseadas y una escalada.
Actualmente, hay más de cuatro mil 600 millones de usuarios de Internet en todo el mundo, y debemos permanecer alertas frente a tecnologías maliciosas que podrían poner en peligro a las generaciones futuras, insistió.
Las tecnologías digitales están poniendo cada vez más a prueba las normas legales, humanitarias y éticas existentes, la no proliferación, la estabilidad internacional y la paz y la seguridad, observó.
Además, se siguen reduciendo las barreras de acceso y abriendo nuevos dominios potenciales para el conflicto, dando a los actores estatales y no estatales la capacidad de llevar a cabo ataques, incluso a través de las fronteras internacionales, advirtió la funcionaria de ONU.
El extremismo violento y la trata de personas en línea tienen un impacto diferenciado que a menudo se pasa por alto en mujeres, hombres y niños, al igual que otras amenazas relacionadas con las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), como ciberacoso y violencia de pareja, detalló.
Naciones Unidas está dispuesta a apoyar a los Estados miembros, junto con otras partes interesadas, para promover un entorno pacífico en el uso de las TIC, destacó Nakamitsu.
Antes las implicaciones para el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales que resultan de las amenazas cibernéticas, consideró la alta representante, la participación y compromiso del Consejo de Seguridad resultan primordiales.
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