Por Mariela Pérez Valenzuela
Corresponsal jefa en República Dominicana
República Dominicana, bañada al sur por el Mar Caribe, no se libra de estas algas provenientes de los océanos, que como una gran manta cubre sus costas y playas, conocidas en el mundo por su extraordinaria belleza.
Autoridades alertan que su existencia afecta a unos 14 países de la región y en el caso particular de Dominicana daña el turismo, una de sus principales actividades económicas, el desenvolvimiento de los puertos y a los pescadores.
Qué hacer ante el arribo de varios millones de toneladas de sargazos a las costas del Caribe se convirtió este año en tema recurrente en escenarios internacionales al más alto nivel, en los que República Dominicana apostó por la adopción de una estrategia regional común, ante los males que genera.
DOMINICANA LOGRA COMPROMISO DE LA AEC
República Dominicana logró el apoyo de los países miembros de la Asociación de Estados del Caribe (AEC) para enfrentar el sargazo como una emergencia regional, durante la Cumbre del organismo celebrada este año en Guatemala.
Entre los aspectos comprendidos en la “Declaración de Antigua” figuró el reconocimiento al cambio climático como una de las mayores amenazas a los pequeños países insulares por el riesgo que encarnan los fenómenos naturales extremos para la vida humana y el desarrollo de la actividad económica.
El documento declaró asimismo el afloramiento del sargazo como una “emergencia”, y fijó el compromiso de colaborar en la búsqueda de soluciones.
GABINETE CONTRA EL SARGAZO
El Gobierno dominicano constituyó a mediados de este año el Gabinete de Lucha Contra el Sargazo, a cargo de la elaboración de propuestas y la coordinación de las políticas públicas para revertir sus efectos.
Ese organismo lo conforman los titulares de Turismo, Medio Ambiente, Economía y Planificación, y representantes de la cartera de la Presidencia y de la Asociación de Hoteles y Turismo, entre otras entidades.
Sin embargo, a expertos les preocupa que como “consejo consultivo”, el Gabinete posee un alcance limitado al solo poder proponer y coordinar la ejecución de políticas públicas, pero sin recursos ni poder de decisión, si bien podrá sugerir al Poder Ejecutivo apoyo financiero para la ejecución de posibles soluciones.
Meses antes, el Ministerio de Medio Ambiente estableció una “Mesa Multisectorial para la Gestión Integral del Sargazo”, con el objetivo de desarrollar y aplicar acciones para proteger los ecosistemas marinos de los efectos nocivos de estas plantas acuáticas.
Asimismo, la cartera de Educación Superior, Ciencia y Tecnología anunció la inversión de 70 millones de pesos dominicanos (un millón 231 mil 310 dólares) para la realización de casi una decena de investigaciones sobre el sargazo.
Más adelante, en junio, en la Conferencia Regional Gran Caribe-Unión Europea, el Ministerio de Relaciones Exteriores planteó la necesidad de crear un fondo común para un Plan de Gestión Integral en el Caribe.
EL SARGAZO OPACÓ LA BELLEZA DEL MALECÓN
El sargazo opacó la belleza del malecón de Santo Domingo y las playas del país en abril pasado, situación que se prolongó hasta fines de octubre, cuando comenzó a disminuir de forma paulatina.
Para entonces, especialistas alertaban de su temprana presencia alrededor de las Antillas Menores y a lo largo de las costas del sur de La Española -que comparten República Dominicana y Haití- así como en Jamaica y Puerto Rico.
Expertos nacionales y del Laboratorio Óptico Oceanográfico de la Universidad del Sur de Florida (USF) explicaron que en el último trimestre terminó la temporada de crecimiento de la planta. Durante unos meses dejarán de verse las inmensas manchas marrones que tiñen de rojo el Caribe.
CAMBIO CLIMÁTICO, LA PRINCIPAL CAUSA
El aumento de la temperatura de los océanos y la alta cantidad de residuos orgánicos contaminante de los mares son, a decir de especialistas, la principal razón del incremento y la reproducción de estas algas.
Aunque años atrás se agrupaban en zonas concretas del Atlántico y en pocas cantidades, la tarea de contener el sargazo ya sea en las costas o en alta mar siempre resultó compleja, sobre todo, para los pequeños países del Caribe.
Solo para que se tenga una idea, unos cuatro millones de toneladas de sargazo cubrían las aguas caribeñas en República Dominicana en junio pasado, de acuerdo con el ministro de Medio Ambiente, Miguel Ceara Hatton.
Ante este panorama y el llamado a la acción de la comunidad internacional, los países desarrollados -principales causantes del calentamiento global- hablan del tema y esbozan potenciales soluciones, pero es poco lo que hacen.
INVESTIGACIONES ESPERAN FINANCIAMIENTO
A mediados de este año, con la proliferación del sargazo, las alarmas se dispararon; reuniones de autoridades y convocatoria a encuentros regionales en busca de consenso ocuparon un tiempo importante de la agenda país. Surgió así la necesidad de impulsar las investigaciones para el manejo y tratamiento del alga.
En ese sentido, la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (Unphu) firmó junto a otros centros de altos estudios dominicanos un convenio, mediante el cual se conformó la Red de Universidades para la Investigación, Manejo y Tratamiento del Sargazo en la República Dominicana.
En ese camino de búsqueda de soluciones a la problemática del sargazo, que provoca una crisis económica, ecológica y social, el Gobierno aprobó la entrega de un millón de dólares, pero al parecer aún no se ha materializado.
Ante la solicitud del Ministerio de Medio Ambiente, la Unphu y otras universidades del país presentaron varios proyectos de investigación, que se encuentran a la espera de financiamiento para ser ejecutados. Las ideas propuestas por la Unphu tienen que ver con la identificación de microplásticos en el sargazo y su impacto en el plancton y la pesca, y la evaluación de sus consecuencias en las poblaciones de peces.
También, el desarrollo de tecnología modular para la producción de una materia prima estandarizada a partir de Sargassum sp. para diversos usos.
RIESGOS ANTE EVENTUALES BENEFICIOS
Esta macroalga sirve como hábitat para algunas especies, entre ellas, peces, camarones, cangrejos y tortugas. Incluso algunos países prohíben su recolección debido a su importancia en el ecosistema marino.
Sin embargo, su progresiva acumulación plantea retos pues pueden llegar a sofocar los sitios de anidación de tortugas, corales y pastos marinos.
Estudios del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec) indican que el sargazo puede ser útil en beneficio del desarrollo económico, en especial la fabricación de fertilizantes y en la industria farmacéutica y cosmética.
Sin embargo, estudiosos del Intec concluyeron que los acumulados en las costas de Quisqueya, en especial, poseen concentraciones de arsénico que sobrepasan los límites instituidos a nivel internacional para ser usados en labores agrícolas y de alimentación de animales.
Un estudio del Intec publicado en el periódico científico Marine Pollution Bulletin reveló la presencia de 11 metales pesados en las diferentes variedades que llegan a esta nación.
Entre los metales detectados, las mayores concentraciones eran de hierro, arsénico y zinc; cadmio, níquel y plomo, en ese orden.
Así, se determinó que lejos de mejorar los rendimientos en la agricultura, su uso podría provocar daños a largo plazo a los suelos y pasar a la cadena alimenticia.
Sin embargo, las investigaciones prosiguen, con la esperanza de lograr a futuro algunos beneficios en medio de un ambiente adverso.
Tal es el caso de la Universidad Federico Henríquez y Carvajal, enfrascada en un plan para aprovechar el potencial farmacéutico y energético del sargazo.
Para ello, los investigadores buscan extraer los polifenoles presentes en el alga, los cuales poseen propiedades antioxidantes que pudieran proteger contra enfermedades degenerativas y exploran el uso del bagazo del sargazo en la producción de biocombustibles.
¿SOLUCIONES?
Soluciones para enfrentar el sargazo hay, pero son costosas. ¿De dónde saldrá el dinero? No se sabe si del Estado o del sector privado. El problema está advertido y el compromiso nacional y de la comunidad de países del Caribe consta en documentos.
Por el momento, si bien algunas empresas hoteleras hablan de la reducción de visitantes a sus instalaciones y lo atribuyen, en algunos casos, al sargazo, lo cierto es que todavía la industria del ocio no siente los efectos de lo que podría convertirse en un verdadero dolor de cabeza para ese sector.
Algo sí es muy cierto: la marea marrón sigue quitando su esplendor natural a República Dominicana.
arb/mpv