De Peña Díaz sostuvo que el fallo reciente del TC marca un precedente para evitar que se vulneren los derechos de las víctimas de la tiranía de Trujillo (1930-1961) y fortalece el trabajo de las instituciones que, como el Museo Memorial, “luchan porque las heridas que sufrieron los dominicanos durante ese episodio no se sigan abriendo”.
La sentencia instituye que exaltar, alabar o elogiar a un dictador ofende y atenta contra el honor y dignidad de las víctimas y de la memoria histórica y colectiva del pueblo dominicano.
Entiende que ciertamente cada pueblo o nación, y en el caso de República Dominicana, tiene su historia, constituida por períodos dignos de emular y recordar, pero también épocas funestas, sombrías y horrendas que no se deben olvidar para que no se repitan.
“Esta memoria debe preservarse y salvaguardarse como un derecho fundamental, y la misma se vería herida, ofendida y vilipendiada si se permitiese la exaltación y alabanzas del tirano Molina y su régimen de horror”, indicó la también fundadora del Museo.
La Ley 5880 de 1962 establece penas sobre las alabanzas y elogios al régimen de Trujillo en alta voz o mediante discursos, escritos públicos o epistolares, dibujos, impresos, grabados, pinturas o emblemas.
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