El ministro de Educación zambiano, Douglas Syakalimam, señaló que además de los altos costos del servicio de la deuda, los países africanos también enfrentan desafíos relacionados con la mala gestión de los recursos internos y los altos niveles de informalidad. De igual modo, la incapacidad de luchar contra los abusos de los precios de transferencia por parte de las empresas multinacionales y reequilibrar la combinación impositiva de muchas naciones en el continente que dependen excesivamente de un conjunto limitado de impuestos.
Syakalimam consideró que la falta de catastros urbanos y censos de población hace que la recaudación de impuestos sobre la propiedad urbana sea particularmente desafiante para las administraciones locales, además de acceder a los grupos de mayores ingresos.
Teniendo en cuenta estos desafíos, la solución no es simplemente aumentar los impuestos existentes, ya que esto podría socavar la recuperación económica sin mejorar necesariamente la calidad de los sistemas tributarios, subrayó.
Según se conoció durante el evento que sesionó bajo el tema «Financiamiento del desarrollo de África más allá de la crisis», la investigación económica muestra que el continente tiene la ventaja comparativa más importante para liderar el crecimiento global.
Esto último, demanda una urgente transformación trasladando gradualmente la mano de obra de sectores de menor productividad a aquellos de mayor productividad en la agricultura, la industria y los servicios.
Siguiendo esa línea, el rector de la Universidad de Zambia, Jacob M. Mwanza, consideró que con la transformación económica, África puede aumentar la creación de empleos decentes, la cohesión social, el desarrollo socioeconómico y los recursos internos para lograr de manera sostenible financiar el desarrollo sin depender de recursos externos volátiles.
Mwanza instó a aprovechar las oportunidades de mercado que ofrece el Libre Comercio Continental Africano, teniendo en cuenta la población estimada de mil 400 millones hoy y unas perspectivas de casi dos mil 700 millones para 2050.
Hay evidencia de que el próximo siglo en África ofrece buenas perspectivas para hacer realidad la visión de una zona económica próspera, dinámica, diversificada y competitiva, en la cual la pobreza extrema se elimina dentro de sociedades pacíficas, estables y vibrantes, como se resume en la Agenda 2063, recalcó.
A su juicio, lograr esta visión requiere inversión en habilidades y educación para dotar a los jóvenes y a los africanos de las capacidades adecuadas para impulsar la transformación económica.
El presidente del Comité Científico de la Revisión de la Integración y el Desarrollo Africanos, Barthelemy Biao, y el jefe de Cooperación de la Delegación de la Unión Europea ante la UA, Thomas Huyghebaert, coincidieron en el pedido de una buena gobernanza para frenar los flujos financieros ilícitos.
De igual modo, sellar lagunas en los ingresos fiscales, una gestión eficaz de los recursos y la colaboración en la aplicación de estrategias sólidas de gestión económica.
La Comisión de la Unión Africana, encabezada por el Departamento de Desarrollo Económico, Comercio, Turismo, Industria y Minerales, organiza cada dos años el cónclave, cuyos resultados son fundamentales para la formulación de políticas y los procesos de toma de decisiones entre los Estados miembros.
Es considerado una plataforma para promover la investigación en cuestiones estratégicas pertinentes a la transformación de África para mejorar la elaboración e implementación de normativas nacionales.
Asimismo, mejora las habilidades y capacidades económicas de la fuerza laboral del continente a través de vínculos entre la investigación y la oferta de graduados calificados.
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