En un video mensaje, el alto representante instó a los líderes mundiales a usar ese instrumento como una hoja de ruta para prevenir guerras, combatir el odio, reconstruir la confianza y pactar un futuro sostenible para todos.
«Esforcémonos por defender y promover los derechos humanos, la libertad y la igualdad para todos. Juntos podemos hacer realidad la promesa de la Declaración Universal», dijo durante el evento de alto nivel, celebrado en Ginebra en su 75 aniversario.
La cita de dos días incluye dos sesiones claves para que las naciones anuncien compromisos tangibles para promover la protección de esos valores.
Durante su instalación, el alto comisionado de la ONU Volker Türk advirtió de los numerosos fracasos en la defensa de las garantías inalienables en los últimos años.
“Mi pensamiento está dirigido a los millones de personas que sufren de manera insoportable en el territorio palestino ocupado, en particular en Gaza e Israel; en Sudán; Ucrania; Myanmar; y en muchos otros lugares”, expresó el representante.
La universalidad de la Declaración la convirtió en una guía para resolver los desafíos más apremiantes del mundo y su aniversario es un llamado a la acción para trabajar juntos y basar todas las decisiones en el valor intrínseco e igual de cada vida humana, agregó.
Ese instrumento fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París, el 10 de diciembre de 1948, y constituye el documento más traducido en todo el mundo con versiones en más de 500 lenguas.
El texto consagra los derechos inalienables que toda persona tiene como ser humano, independientemente de su raza, color, religión, sexo, idioma, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
Desde el acceso a la educación hasta la igualdad salarial, la Declaración pautó por primera vez las garantías indivisibles e inalienables de toda la humanidad como «una norma común de logros para todos los pueblos y todas las naciones».
npg/ebr