La mayoría de estos menores proceden de regiones cercanas a la frontera de Tecún Umán, ubicada en extremo occidental del departamento de San Marcos, colindante con México, de acuerdo con datos de la Procuraduría General de la Nación (PGN).
La propia entidad describió que su personal les brinda atención y da acompañamiento en el traslado al hogar temporal, donde son resguardados mientras se devuelven a sus seres queridos.
“El objetivo y trabajo de la PGN es ubicar los recursos familiares idóneos de los repatriados para reunificarlos”, expresó en declaraciones a la prensa el titular de esa institución, Wuelmer Gómez.
Los meses de marzo con 234, mayo con 197 y junio de este año con 187 registraron los mayores ingresos, en tanto los departamentos con elevado índice de niñez migrante son: Huehuetenango, Quiché y San Marcos.
Del total recibido en el período de casi tres años, 10 mil 147 corresponden a las atenciones brindadas en el área de recepción de la Fuerza Aérea Guatemalteca (FAG).
Allí arriban dos a tres vuelos semanales, y 13 mil 566 más fueron cuidados en instalaciones ubicadas en diversas fronteras terrestres del país.
Los menores son auxiliados por equipos multidisciplinarios de la PGN, en conjunto con personal de otras entidades gubernamentales.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos reportó la entrada de más de 44 mil “menores no acompañados” a esa nación desde México, solo de enero a abril.
En Guatemala sobresalen las exposiciones sobre niños dispuestos, al menos una vez, a cruzar ríos, desiertos, ciudades desconocidas y zonas controladas por narcotraficantes.
La violencia y las condiciones económicas –señalan entendidos- los impulsan a emprender el camino hacia el norte, sin que destaquen políticas gubernamentales integrales para hacer frente a este fenómeno.
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