Durante los últimos cuatro años, la generación eléctrica en Costa Rica cubre el 98,53 por ciento del total a partir de cinco fuentes renovables: agua, geotermia, viento, biomasa y sol.
De 2014 a 2018, un 74,77 por ciento de la generación eléctrica en la nación centroamericana proviene del agua; el 11,92 de la geotermia; el 11,08 de la eólica y solo un 1,47 por ciento de búnker y diésel.
La entidad explicó, a través de un comunicado de prensa, que el ajuste refleja una mayor generación de energía térmica por parte del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).
Según Aresep, se efectuaron tres estudios tarifarios de manera simultánea: el ajuste ordinario solicitado por el ICE para la actualización de su estructura de costos: generación, transmisión, distribución y alumbrado público.
También tuvieron en cuenta el ajuste extraordinario de distribución para reconocer a todas las empresas el costo en que incurren al comprar energía al ICE.
Según las diferentes empresas distribuidoras de energía, el incremento irá desde los 385 colones (0,70 dólares) a los tres mil,107 colones (5,90 dólares)
Argumenta la entidad que el impacto del fenómeno de El Niño se presenta como la principal causa de estos aumentos en 2024, por lo que durante el 2023 el ICE tuvo que recurrir a la generación térmica para garantizar la atención oportuna de la demanda nacional, que además registró un aumento asociado al proceso de reactivación económica.
Se espera que, al cierre del año 2023, la generación térmica que se produce al hacer uso de combustibles (búnker y diésel) se ubique alrededor del nueve por ciento del total del país, dato que confirma el efecto adverso de El Niño.
En los últimos ocho años, la generación térmica representaba alrededor del uno por ciento, describió la entidad.
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