El secretario de Estado Antony Blinken encabeza la comitiva estadounidense que incluyen además al secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y a la asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Liz Sherwood-Randall.
Según publicó la Casa Blanca, el encuentro permitirá a las partes discutir sobre la migración irregular sin precedentes en el hemisferio occidental e identificará formas en que México y Estados Unidos abordarán los desafíos de seguridad fronteriza, entre ellos acciones para la reapertura de puertos de entrada en la frontera compartida.
Provenientes de unas 24 naciones, la caravana formada por más de ocho mil solicitantes de asilo comenzó su marcha en Nochebuena desde Tapachula, en el sur de México, y espera llegar a la frontera con un número que sobrepase los 15 mil integrantes.
La semana pasada, el presidente Joe Biden habló con López Obrador, sobre la crisis migratoria que promete un complicado fin de año.
En su llamada, los dos líderes coincidieron en que “se necesitan urgentemente medidas de aplicación de la ley adicionales”.
Entretanto, el exmandatario Donald Trump intensificó su retórica antiinmigrante con frases en las que cataloga a los extranjeros que buscan establecerse aquí como “el veneno en la sangre» de este país.
Trump, favorito en las encuestas entre los candidatos a la nominación republicana para 2024, afirmó que en caso de regresar a la mansión ejecutiva en enero de 2025, hará deportaciones masivas.
De acuerdo con datos de autoridades federales, se produjeron más de dos millones de encuentros de migrantes en la frontera sur de Estados Unidos en los años fiscales 2022 y 2023, y la afluencia no muestra ahora signos de desaceleración.
Casi un cuarto de millón de migrantes indocumentados cruzaron esa línea divisoria sólo en noviembre, un nuevo máximo para el mes y el tercer total más alto de la historia.
La seguridad fronteriza, que sigue siendo una vulnerabilidad para Biden en 2024, ha estado en primer plano este mes por las negociaciones en marcha de un acuerdo de inmigración vinculado a la solicitud suplementaria de ayuda militar para Ucrania.
El Senado -que había retrasado su receso por Navidad- no llegó a un acuerdo y los legisladores decidieron abandonar Washington, por lo que un eventual punto de encuentro solo será posible cuando los miembros del Congreso regresen al Capitolio el 8 de enero.
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