En ese reporte, elaborado por el Observatorio Climático del grupo ecologista Legambiente, divulgado este jueves en el sitio oficial de esa organización, se señala que este año las catástrofes naturales ocasionaron pérdidas por miles de millones de euros a la mayoría de los territorios, y la muerte de 31 personas.
En esta nación europea se produjeron 118 inundaciones por lluvias intensas, 82 tornados, 39 granizadas, 35 desbordes de ríos, 26 marejadas, así como 18 deslizamientos de tierra ocasionados por lluvias intensas, entre otros eventos que causaron graves afectaciones humanas y económicas. El norte de Italia, con 210 fenómenos meteorológicos extremos, se confirmó como la zona más afectada, seguida del centro, con 98, y del sur, donde se registraron 70.
Se incrementaron en un 170 por ciento las inundaciones y desbordes de ríos, respecto a 2022, así como las temperaturas récord en las zonas urbanas, los deslizamientos de tierra por lluvias intensas, las marejadas ciclónicas, los daños por granizadas y las inundaciones por lluvias en un 150; 64; 44; 34,5 y 12,4 por ciento, respectivamente.
A nivel regional, Lombardía, con 62 y Emilia-Romaña, con 59, fueron las regiones más golpeadas por tales calamidades, seguidas de Toscana, con 44; Lacio, con 30; Piamonte, con 27; Véneto, con 24 y Sicilia, donde ocurrieron 21 eventos.
Entre las provincias más afectadas, destacó en primer lugar Roma, con 25 fenómenos meteorológicos extremos; seguida de Rávena, con 19; Milán, con 17; Varese, con 12, así como por Bolonia y Turín, con 10 cada una.
Sin embargo, lamenta Legambiente en este análisis, a pesar de esa compleja situación que se agrava gradualmente, “Italia aún carece de un Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático”, y enfrenta las emergencias “sin una estrategia de prevención clara que ahorraría el 75 por ciento de los recursos gastados para reparar los daños”.
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