La labor resulta esencial en la prefectura de Lim-Pendé, en el noroeste del país, donde un violento ataque dos semanas atrás causó la muerte de 23 civiles.
De acuerdo con las evaluaciones de la Misión, las personas de esa zona necesitan urgentemente alojamiento, alimentos y medicinas, aseguró este miércoles Florencia Soto, portavoz adjunta del secretario general, António Guterres.
En una reciente visita a la región, la Minusca instó a todas las partes a no atacar deliberadamente a civiles y a abstenerse de cualquier escalada que pueda empeorar la vulnerabilidad de las comunidades, así como la seguridad y la estabilidad.
El comandante de la Fuerza de paz de la ONU, el teniente general Humphrey Nyone, expresó además su solidaridad y determinación de proteger a la población.
El 22 de diciembre, varios ataques contra un puesto de seguridad y una aldea en el noreste de la nación africana dejaron más de una veintena de víctimas.
De acuerdo con las autoridades locales, los rebeldes primero atacaron los puestos del ejército, matando a una persona e hiriendo a varias, antes de atacar a la población civil, ultimando a unas 20 personas.
Ernest Bonang, legislador que representa Nzakoundou, la aldea atacada, aseguró que los agresores quemaron las viviendas del asentamiento, luego de que sus habitantes fueran obligados a abandonarla.
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