La media de infectados detectados por partido hasta el pasado viernes era 4,4 veces superior a la media de goles: 9,9, frente a 2,25.
El portal Brasil 247 señaló que se cumplió una primera ronda del torneo con números poco prometedores: 20 cotejos, solo 45 goles, caída del 60 por ciento de la audiencia televisiva y pérdidas económicas.
Del total de casos positivos por la dolencia, 57 se notificaron entre jugadores y miembros de delegaciones, 137 entre proveedores de servicios (conductores, trabajadores de hoteles, profesionales que trabajan en los estadios) y cuatro de la Confederación Sudamericana de la disciplina (Conmebol).
En esta última entidad se mencionó a personal arbitral, médicos y profesionales de la logística.
La cartera sanitaria no informó sobre diferentes cepas del virus entre los enfermos, pues reconoció no haber concluido aún la secuenciación genética.
Brasil y Perú chocarán mañana en las semifinales de un torneo con baja calificación en las transmisiones por el canal televisivo SBT.
En comparación con la edición 46 celebrada también en el país en 2019, con transmisión por TV Globo, la competición perdió cerca del 60 por ciento de los espectadores, con una media de 15 puntos del actual torneo, frente a los 33 del anterior.
Las pérdidas económicas se estiman además entre 15 y 25 millones de dólares, según la Conmebol.
Aunque el daño parece menor que los 50 millones de dólares estimados de no celebrarse la lid, lo cierto es que la copa no fue aceptada por la población brasileña en medio de la pandemia de Covid-19, la cual cobró hasta la fecha 524 mil 417 muertes y 18 millones 769 mil 808 contaminaciones.
En medio de las críticas por el alto número de defunciones y contagios por la enfermedad, el gobierno de Jair Bolsonaro hizo caso omiso a los consejos de especialistas y decidió organizar el evento hasta el 10 de julio tras Argentina y Colombia declinar ser anfitriones.
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