Un reciente informe de la división de Asuntos Económicos y Sociales de la Organización de Naciones Unidas (ONU), explica que parte de ese estancamiento se debe a políticas monetarias restrictivas, debilidades del comercio y la inversión, elevado endeudamiento, crecientes riesgos geopolíticos e impactos climáticos negativos.
La investigación enfatiza en las afectaciones por débil crecimiento, pues ello afectará el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), sobre todo ante un periodo de estrictas condiciones crediticias y mayores costos de deudas.
Un panorama global complejo que necesitaría de unos 500 mil millones de dólares en financiamientos para acelerar el progreso de los ODS, y se necesitan mayores inversiones para reimpulsar el crecimiento, y luchar contra el cambio climático, subraya el estudio.
Otro elemento abordado por la pesquisa es la sostenida inflación mundial de estos últimos años y cómo esta socavó el progreso en la reducción de la pobreza luego de la pandemia.
Sin embargo, la investigación de la ONU considera que existen perspectivas de una caída de los precios desde el 5,7 por ciento en 2023 hasta el 3,9 en 2024, pero ese comportamiento será desigual en el orbe.
Una cuarta parte de los países en desarrollo podrían registrar más del 10 por cierto de inflación, precisa la ONU.
En 2023 los precios de los alimentos continuaron elevados en muchos países en desarrollo, y se estima que unas 238 millones de personas padecieron altos niveles de inseguridad alimentaria aguda, un aumento de 21,6 millones respecto al año anterior.
Por ello ese organismo internacional alerta que las presiones sobre los precios continuarán altas en muchos países y cualquier nueva escalada de los conflictos geopolíticos podría generar aumentos adicionales.
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