En coordinación también con la Organización Internacional para las Migraciones, los trabajadores humanitarios entregan insumos como alimentos luego del siniestro que afectó a casi 800 refugios.
Cerca de 120 instalaciones, incluidos espacios de aprendizaje, mezquitas y centros de atención médica, también fueron destruidos o dañados, de acuerdo con la información divulgada por la ONU.
Los refugiados rohingyas ahora desplazados también por el incendio se resguardan en los centros comunitarios del campamento y reciben asistencia alimentaria de emergencia.
El campo de refugiados de Cox’s Bazar, en Bangladesh, es considerado el mayor de su tipo en el mundo con cerca de un millón de desplazados de la violencia y la persecución en Myanmar.
Los rohingyas son una comunidad mayoritariamente musulmana que huye de las oleadas de persecución en la vecina nación, un país predominantemente budista.
Además de los refugiados en Bangladesh, más de mil han llegado a Indonesia en barco en los últimos meses.
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