Los afectados son el Partido de Avanzada Nacional (PAN), Podemos, Republicano, el Frente de Convergencia Nacional (FCN–Nación), Humanista de Guatemala, el Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP), y el Unión Republicana.
Otros son –detalló el TSE- el Partido Popular Guatemalteco, el de Integración Nacional (PIN), Mi familia y Poder.
En base la Ley Electoral y de Partidos Políticos, el órgano rector de los comicios recordó que se trata de aquellas agrupaciones sin alcanzar la cantidad mínima de votos (al menos el cinco por ciento) exigida durante los sufragios.
Aparte, tampoco aseguraron una diputación en el Congreso, por lo cual se enfrentan al proceso de finalización.
El Registro de Ciudadanos informó además que en el caso de Prosperidad Ciudadana (PC) se someterá a una audiencia por no participar en el proceso electoral.
La cancelación de su asamblea nacional, a raíz de una acción de amparo, le impidió presentar candidatos, hecho que generó incertidumbre de su presencia política.
El PAN, con una trayectoria desde 1989, llevó al fallecido Álvaro Arzú a la presidencia (1996-200), no presentó candidato al máximo cargo del Estado esta vez y tampoco logró al menos un diputado.
Al reconocido MLP, tras un sorprendente cuarto lugar en los comicios del 2019, el TSE le impidió la inscripción de Thelma Cabrera y Jordán Rodas como aspirantes al máximo cargo del Estado del país.
En Guatemala 30 partidos políticos iniciaron el presente año en la carrera hacia las elecciones y desde 1985 nueve diferentes ganaron los nueve comicios presidenciales celebrados.
Analistas expresaron que las fuerzas políticas guatemaltecas en sí no están enraizadas en la sociedad, la mayoría no representa sensibilidades sociales, sino que responden a intereses particulares de grupos determinados.
Otros advirtieron asimismo que los resultados de las elecciones reflejaron votos de castigo a los partidos tradicionales, con papeletas nulas y en blanco.
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