Al intervenir ante el Consejo de Seguridad, el representante aseguró que en los últimos seis meses la situación ha estado marcada por evoluciones contrastantes, entre avances para la consolidación de la democracia o los desafíos en otras cuestiones medulares.
Por un lado, detalló, la ONU mantiene un papel clave en Mali tras la salida de la Misión de Estabilización en el país que deja lecciones necesarias para un futuro que se acerca rápidamente.
A la par, la salida de fuerzas extranjeras y la incertidumbre sobre el marco institucional de coordinación G5-Sahel tras la retirada de Burkina Faso y Níger presagian una reconfiguración de los mecanismos de coordinación de la seguridad regional, adelantó el alto representante.
Un panorama completamente diferente se observa en Chad, donde las operaciones coordinadas bajo la Fuerza de Tarea Conjunta Multinacional han contribuido a una tenue estabilización en la región del Lago Chad.
La educación, por otra parte, reporta cifras inquietantes por el alto número de niños sin escolarizar, la cantidad de escuelas cerradas por la inseguridad y el agravamiento del déficit educativo.
«De cara al futuro, las deliberaciones ofrecen un punto de partida para una hoja de ruta de múltiples partes interesadas para brindar educación de emergencia como la palanca más importante para que los niños forjen su futuro y construyan sus países», instó.
En tanto, el cambio climático impacta con fuerza en la zona como lo demuestran las situaciones en la cuenca del lago Chad y la región de Liptako-Gourma.
“Expresamos nuestra profunda preocupación por el grave impacto adverso del cambio climático en la paz y la seguridad en África occidental y el Sahel y pedimos medidas urgentes”, alertó.
De acuerdo con Santos Simão, la zona enfrenta sequías prolongadas y temporadas de lluvias impredecibles que causan inundaciones, y dañan en general la paz y la seguridad.
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