La portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de ONU para los Derechos Humanos, Liz Throssell, declaró que se recibieron acusaciones de uso desproporcionado e innecesario de la violencia por los antimotines, y el acoso e intimidación por parte de las fuerzas de seguridad en la contención de las protestas de la semana pasada.
Detalló que esas imputaciones se refieren al uso de fuego real para dispersar a los manifestantes -algunos de ellos participantes en saqueos e incendios de vehículos y propiedades- y denuncias sobre la muerte de unas 40 personas, según balance extraoficial.
‘A pesar de que la situación es ahora más calmada, seguimos preocupados por posibles nuevos disturbios’, expresó la funcionaria y pidió a las autoridades de Ezwatini garantizar que minimicen hasta lo absolutamente necesario el uso de la fuerza durante las demostraciones.
Asimismo solicitó al Gobierno de Mbabane investigaciones ‘transparentes, efectivas, independientes e imparciales’ acerca de todas las acusaciones de violaciones de los derechos ciudadanos, incluidas las vinculadas con las acciones de las fuerzas de seguridad en las protestas, y que los ejecutores rindan cuentas.
Liz Throssell llamó a Eswatini a abrir un diálogo a largo plazo para enfrentar las preocupaciones expresadas durante las manifestaciones e hizo énfasis en que la ONU está preparada para trabajar con el país en cuanto a fortalecimiento, promoción y protección de los Derechos Humanos.
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